El trabajo de campo y sus sorpresas.
“Incluso en las sociedades más simples, la vida cotidiana debe verse como el resultado del diseño. El diseño […] una capacidad humana fundamental y una fuente primordial de orden social.” (Appadurai, 2016).
Una vez elegida la comunidad sobre la que vamos a trabajar, construido y revisado el kit de campo, continuamos con la fase de investigación participando en una inmersión total en el grupo para formar nuestro propio conocimiento sobre las relaciones existentes entre sus miembros, conocer sus vínculos y comprender las motivaciones de pertenencia al grupo que les unen. De esta manera podremos ser y sentirnos parte de su comunidad siendo capaces de ver a través de sus ojos de forma que abramos la disciplina de diseño a la diversidad cultural y funcional.
Es importante destacar que tras la revisión de Kit de Investigación nos reafirmamos en que el fundamento de éste reside en observar, escuchar, registrar y comprender al grupo desde su punto de vista evitando cometer errores pensando de forma unidireccional.
El objetivo de esta fase es obtener y registrar todo tipo de información y datos sobre las prácticas sociales que existen dentro de la comunidad en relación a los objetos, servicios y/o espacios de su entorno de forma que podamos explorar sus necesidades, problemáticas, deseos o expectativas desde su propia visión y proponer un diseño o prototipo a partir de esa comprensión.
Investigación etnográfica. Experiencia de campo y hallazgos.
1. El proceso de investigación
Tal y como definimos en la PEC anterior la comunidad seleccionada para nuestro estudio es la Sociedad de Montaña Sherpa de La Rioja. Nos ponemos en contacto con la ellos a través de una conocida que es miembro y voluntaria, Flora Arendo Merino. Nos acercamos a la sede de su mano el primer viernes de noviembre para conocer a parte del grupo, entre ellos a la presidenta Yolanda Sanz y Jesús Ascarza, uno de los socios más veteranos. Tenemos por tanto con ellos, los primeros encuentros y entrevistas no dirigidas.
Actualmente la sociedad cuenta con aproximadamente 700 socios, entre hombres y mujeres y en lo que va de año ha expedido unas 500 licencias federativas. Como presidenta Yolanda está a cargo de representar a los miembros del grupo y es la única persona que recibe un salario por este trabajo. El organigrama en que se estructuran sigue el modelo más común; presidenta, secretario, tesorero y voluntarios. El grupo cuenta con una sede física en el centro de Logroño donde abren sus puertas cara al público las tardes del lunes y del viernes en horario de 19:30 a 21:30. Se trata de unas instalaciones pequeñas de unos 80m2 repartidas entre servicio, entrada, sala de préstamos de material y salón principal en una primera planta de un edificio viejo pero bien conservado del centro de la ciudad.
Cada mes se organiza una salida social llamada así por su convocatoria abierta a todos los públicos. Esta actividad puede ser de un único día o en función del mes, de un fin de semana o puente. Además, hasta antes de la pandemia todos los viernes se realizaban diferentes charlas técnicas o talleres sobre deportes de montaña solo para socios.
La percepción que obtenemos sobre el motivo de nuestra visita es de entusiasmo y ganas de presentarnos al resto del grupo. El ambiente que se palpaba era de nervios ya que nuestra investigación y primer acercamiento ha coincidido con uno de los hitos anuales más importantes para ellos y de mayor repercusión para el grupo; las 46ª Jornadas de Divulgación de los Deportes de Montaña dirigidas a todos los públicos.
A pesar de ello, la curiosidad e inquietud por nuestra presencia de los demás miembros me abrió las puertas y me llevó a, sin proponérmelo, realizar varias entrevistas no-dirigidas individuales y en grupos de dos y tres personas. Todos los presentes ese día se mostraron predispuestos y amables con nosotros; me informaron de las actividades programadas hasta final de año, nos preguntaron sobre mis gustos y aficiones, nos animaron a hacerme socia de la comunidad y nos invitaron a asistir a las anteriormente citadas Jornadas de Divulgación en las que hemos participado desde una observación pasiva.
Tras cada una de estas charlas (5 en total) nos quedamos más tiempo para observar y anotar impresiones de los socios e intimar más a fondo con varios de los miembros de la organización siendo fácil entablar conversación y ganarnos su confianza extrayendo información relevante de cada uno de ellos y conocerlos en profundidad; indagar sobre el entorno en el que viven, si tienen o no familia o si comparten esta afición con alguien más, qué les llevó a formar parte del grupo, etc.
Por último, he podido participar en una de las salidas programadas del último trimestre del año, la visita a la Cueva Mina Marte. Es en este tipo de salidas donde realmente más confianza alcancé con el grupo y donde más cómodos se sintieron hablando conmigo.
Durante toda esta primera fase de la investigación no hice uso de la cámara fotográfica como tenía previsto para evitar ponerles nerviosos y tensos así que empleé la cámara del móvil de forma que fuera más discreto, natural y relajado. De igual forma tomé notas en el smartphone sobre lo que observaba; impresiones, nombres, relaciones y apuntes relevantes para la investigación y el hallazgo de necesidades de la comunidad que luego pasé al ordenador.
2. Los registros más importantes
Como decíamos, compartir con ellos actividades como las salidas sociales y la participación en las Jornadas de Divulgación han sido lo más enriquecedor para nuestra investigación. La observación pasiva y las entrevistas han permitido acercarnos en profundidad y entender el nexo en común que les une. De la misma forma este hecho nos descubrió otra forma de disfrutar del montañismo y la importancia que tiene para este grupo de personas compartir éstas experiencias.
Es destacable la apertura y predisposición del grupo en el que la media de edad tanto de la organización como de los voluntarios y las personas que participan de las actividades está entre 45 y 70 años.
La importancia que tiene en sus vidas poder salir a la montaña cada semana es un sentimiento generalizado en el grupo de personas activas dentro de la sociedad. Teresa, el miembro más mayor, nos contó emocionada lo importante que es para ella poder participar ya que es viuda y sus hijos viven fuera “El fin de semana que no puedo ir luego no llevo bien la semana.”
Óscar, otro de los socios con los que entablamos conversación durante la salida a la cueva nos transmitió ésta misma pasión incluso en los días de lluvia y nieve, en la que organizan salidas extraoficiales si la actividad se suspende.
Otro apunte destacalbe es la importancia de los almuerzos durante las salidas. Es un momento de relax, de disfrute pleno y consciente del momento, de la montaña y de los que tienen alrededor. Este sentimiento de camaradería nos hizo ver donde está el “algo más que ir al monte” que comparten, un sentimiento podría decirse de espiritualidad.
3. Notas del cuaderno de campo y observaciones
Sin duda lo más útil para integrarnos en la comunidad ha sido vivir y participar de las experiencias que nos han ofrecido compartir. El cuaderno de campo nos ha servido para anotar observaciones durante las Jornadas de Divulgación y las entrevistas no dirigidas y las salidas al monte con ellos son, como decíamos, las más enriquecedoras para la investigación.
Algunas de las principales observaciones que anotamos son:
1. La organización y los voluntarios son personas de más de 50 años que están deseando contar con voluntarios y participantes más jóvenes que tengan ganas de hacer cosas nuevas.
2. Tienen miedo de que la sociedad muera con ellos si no se renueva y no saben por qué no hay más participación de los socios. Tampoco conocen la forma de comunicarse con el público más joven. Envían newsletters semanales que recopilan en un boletín mensual que imprimen y buzonean. Acaban de crear una cuenta de Instagram y su perfil de Facebook es privado.
3. Nuestra presencia en la comunidad ha generado expectación y esperanza, están ansiosos por recibir ayuda.
En definitiva, la sociedad tiene un grave problema de fondo que es su desaparición. Nuestra sensación es que están estancados y no tienen ni fuerza ni conocimiento para salir de ahí. No tienen claro a quién ni cómo dirigirse, les falta conocimiento en marketing y comunicación y tampoco tienen muy claro a qué tipo de público necesitan para sobrevivir. No necesitan más socios, si no que los que ya tienen sean activos.
4. Principales hallazgos y resultados
Dejamos unos días de descanso en nuestra investigación fuera del contacto con el grupo para reflexionar acerca de lo vivido con ellos. Para poder integrar esas “dimensiones culturales” que hemos descubierto y que nos han ayudado a comprender la relación que la comunidad establece con su entorno material, objetivo de esta actividad, extraemos a continuación los principales hallazgos y detectamos las siguientes necesidades.
- La sociedad brinda a personas de cualquier índole disfrutar y compartir la pasión por la naturaleza y la montaña en grupo.
- Existe la necesidad de integrar caras nuevas que se encarguen de proponer y organizar nuevas actividades para que la sociedad no muera con la actual generación.
- La sociedad está perdiendo la esencia de comunidad sirviendo únicamente para tramitar licencias federativas (es obligatorio pertenecer a un grupo de montaña para poder federarse) lo que aumenta el riesgo de su desaparición. Para muchas personas son un mero órgano intermediario de la federación.
- La edad avanzada de los miembros más activos, organización y voluntarios implica el uso de diferentes canales de comunicación para con el público más joven sobre todo en aspectos digitales.
- Existe una disgregación dentro de la comunidad que se forma a medida que se van conociendo los socios ya que tienen a agruparse en grupos más pequeños en función de gustos, tecnicidad y objetivos con lo que, poco a poco, se van desvinculando de la sociedad.
- El atractivo de las salidas sociales reside en marchas que pueda hacer la mayor parte de los socios, con lo que la dificultad es baja ya que se trata de convivir y por tanto suelen ir los miembros más mayores no teniendo tanta acogida entre el público joven.
Conclusiones
En resumen, ha sido una experiencia muy enriquecedora que nos ha permitido conocer otras formas de entender la pasión por la montaña más allá de la dimensión deportiva y lúdica. Desde la empatía hemos descubierto una manera de compartir experiencias más espiritual en la que interactuar con personas desconocidas te abre diferentes visiones de la montaña y de la vida, en la que conectar con el entorno, con una misma y con los compañeros es un viaje y un disfrute para el alma.
Comprender esta relación que la comunidad establece con su entorno material nos hace entender la preocupación por su desaparición la cual es el mayor de sus problemas. La observación participante nos ha permitido convivir con ellos y la experiencia y las entrevistas han sido claves para poder extraer las conclusiones y las necesidades que tiene la comunidad y así abrirnos a nuevas posibilidades de diseño.
En definitiva, tenemos mucho trabajo por delante para poder ofrecerles la mejor solución que ayude a resolver los problemas y las dificultades con las que se encuentran.
Debemos ofrecer una propuesta que refuerce el sentimiento de comunidad y mejore la comunicación y la calidad de sus propuestas enfocándose principalmente a sus ya socios.
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